“El ser humano presenta un anhelo innato a hacerse acompañar de animales, relacionarse con ellos, así como con la naturaleza”.
Edward Wilson.
Edward O. Wilson, establece que los seres humanos tenemos la necesidad de convivir con la naturaleza desde nuestro nacimiento, es un vínculo que se encuentra presente en nuestro ADN, el biólogo lo define como amor a la vida o amor a lo vivo.
Con el paso de los años las grandes oficinas corporativas se llenaron de gente y así llegaron los problemas de ventilación e iluminación y los grandes edificios se empezaron a «enfermar».
Antes del COVID era común ver espacios llenos de gente que compartía en ambientes no saludables. Por esta razón nació LEED (Leadership in Energy & Environmental Design) un sistema de certificación de edifcios sostenibles, desarrollado por el Consejo de la Construcción Verde de Estados Unidos e implementado desde el año 1993.
Pero esto no se queda aquí, después de entender que el problema no solo es del edificio y centrándose en las necesidades de la gente, nació WELL, como un sistema de puntuación dinámico para edificios y comunidades que impacta la salud y el bienestar de los ocupantes.
Uno de los grandes hallazgos tiene que ver con la biofilia. Está demostrado que al introducir elementos vivos, orgánicos y naturales en los espacios de trabajo se reduce el estrés, aumenta la productividad laboral y el bienestar del trabajador; además de mejorar la creatividad y la satisfacción laboral durante y al final de cada jornada.
Lo que viene después de la pandemia será un gran cambio para las compañías, algunos ya volvieron a trabajar a las oficinas, otros están desde su casa y es probable que algunos de ellos se queden trabajando de manera virtual. Todo esto afectará los diseños de los espacios y nos encontraremos con nuevas necesidades y con una gran inversión en tecnología.
¡Estamos listos!
Autores: Diego Montiel – Diseñador Industrial , Felipe Herrera – Diseñador Industrial, Adriana Ceballos – Diseñadora Gráfica.